Si
salgo un día a la
vida
mi
casa no tendrá
llaves:
siempre
abierta,
como
el mar,
el
sol y el aire.
Que
entren la noche y
el
día,
y
la lluvia azul, la
tarde,
el
rojo pan de la aurora;
La
luna, mi dulce amante.
Que
la amistad no detenga
sus
pasos en mis umbrales,
ni
la golondrina el vuelo,
ni
el amor sus labios. Nadie.
Mi
casa y mi corazón
nunca
cerrados: que pasen
los
pájaros, los amigos,
el
sol y el aire.
3 comentarios:
Elena, nos brindas un poema que es una invitación con la calidez de una amiga, la que ofrece su casa-corazón. Muchas gracias, en lo que como lectora me corresponde. Un placer
LIBERTAD Y GENEROSIDAD, DONDE EL CUERPO SONRÍE Y EL ALMA SE DA.
UNA DELICIA LEERTE QUERIDA AMIGA.
UN PUÑADO DE BESOS.
Qué bien escribes Elena.Tus poemas y todo,todo me encanta.
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